lunes, 31 de mayo de 2010

Estatua de Felipe IV (Plaza de Oriente)















Estando Felipe IV deseoso de tener una estatua ecuestre como la de su padre Felipe III, decidió escribir a la duquesa de Toscana, Cristina de Lorena, para que fuera el mismo escultor, Pedro Tacca, el encargado de realizarla.

Felipe IV quiso que el caballo de su estatua marchara al galope, a diferencia de la de su padre que iba al paso. Como modelo, se enviaron a Florencia dos retratos del monarca pintados por Diego Velázquez (uno de medio cuerpo y otro cabalgando). En un principio, Tacca no supo realizar el atrevido escorzo que quería el rey, hasta que, según dice la tradición, Galileo Galilei aconsejó que se hiciera en dos partes; la trasera maciza y la de delante hueca, consiguiendo de esta manera que el conjunto mantuviera el equilibrio.

La estatua fue concluida en 1640, y al año siguiente entraba en Madrid siendo colocada en uno de los patios del Palacio del Buen Retiro. No obstante, la estatua ha tenido varios emplazamientos; fue trasladada al frontispicio del antiguo Alcázar, en donde estuvo hasta que durante el gobierno de Don Juan José de Austria, hijo de Felipe IV, se volvió a situar en el Retiro.

Allí estuvo hasta que el 17 de noviembre de 1843, Isabel II la mandó colocar en su emplazamiento actual, en el centro de la Plaza de Oriente. Se levantó sobre un alto pedestal decorado con dos bajorrelieves en los laterales, uno que representa a Felipe IV condecorando a Velázquez con la Cruz de Santiago, y otro que es una alegoría sobre la protección que el monarca dispensó a las artes y a las letras. En los frentes del monumento se situaron dos fuentes en forma de concha, sobre las que una alegoría de un río (representada por un anciano) vierte agua en una urna. Un león de bronce en cada una de las esquinas completan todo el conjunto que realizaron los escultores de cámara Francisco Elías y José Tomás

miércoles, 19 de mayo de 2010

Relatos escalofriantes de Roald Dahl

- Resumen:
Este libro consta de una pequeña colección de escalofriantes relatos en los que se puede observar como uno se puede deshacer del arma de un crimen sin levantar sospechas, dónde guardar un diamante para que no lo encuentre la gente, que hacer si el tatuaje que llevas en la espalda cuesta 1 millón de dólares...

Este libro está compuesto por once pequeños cuentos cuyos nombres son:
- Tatuaje:
- Cordero asado:
- La máquina del sonido:
- Un cuento africano:

- Galloping Foxley:

- El deseo:
- El cirujano:
- Apuestas:
- El campeón del mundo:
- Cuidado con el perro:

Este tipo de libros no me gustan debido a que a mí los libros que me gustan son los de aventura; aunque si que me han gustado algunos cuentos como el de la mujer que asesina al marido y el del piloto que pierde la pierna.


viernes, 9 de abril de 2010

Romance del prisionero

- ROMANCE DEL PRISIONERO (castellano antiguo)

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

- ROMANCE DEL PRISIONERO (castellano actual)

Por el mes era de mayo,
cuando hace el calor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
¡déle Dios mal galardón!

lunes, 15 de marzo de 2010

ARN; El caballero templario


-AÑO: 2007

-DURACIÓN: 139 min.

-DIRECTOR: Peter Flinth

-GÉNERO: Aventuras. Acción. Drama. Romance. Bélico Siglo XII

-SINOPSIS: Arn Magnusson nació en el año 1150, en la finca de Arnas, en Gothia Occidental (la parte oeste de Suecia). Creció y se convirtió en un joven extremadamente culto y en un hábil espadachín. Al conocer a Cecilia encuentra el amor de su vida, pero un mundo cruel y lleno de celos los obliga a separarse. Cecilia es encerrada en un convento y Arn es obligado a convertirse en caballero Templario en Tierra Santa, donde una furiosa guerra entre Musulmanes y Cristianos está desarrollándose.

-Resumen: Arn nace en la región de Gothia (oeste de Suecia). Pronto aprende a manejar la espada con ambas manos al ver a un monje. Los monjes del convento deciden que Arn debe de abandonar el monasterio tras varios años allí; uno de los monjes le entrega una espada con la que el combatiío y con la que nunca perdió un combate y en la que está escrito el lema: IN HOC SIGNO VINCES; que quiere decir: bajo este signo vencerás. Arn vuelve a su casa y al llegar allí ve que su tío el jefe del clan se va a enfrentar contra otro clan. Arn decide luchar por su padre y derrota al otro jefe del clan. Cecilia y Arn se enamoran y esta se lo cuenta a su hermana que está en un convento. La hermana de esta se lo cuenta a la madre superiora que es partidaria del Rey. Estos deciden excomulgar tanto a Cecilia como a Arn y deciden ponerles una penitencia a cada uno que consiste en estar media vida encerrados en un monasterio. Cecilia es trasladada al monasterio y Arn enviado a Tierra Santa para luchar contra Aman Yusuf (Saladino) y su ejército. Arn conoce a Saladino incluso le salva de una muerte segura. Cuando llega la batalla final todos los hombres del ejército de Arn mueren salvo este ya que es salvado por el propio Saladino. Este le lleva de nuevo a Gothia donde se reencuentra con Cecilia. Al llegar a su casa reciben la visita de los partidarios del Rey que tambien tienen el apoyo del Rey de Noruega para desterrar a Arn y a su familia. Tras una dura batalla el ejército de Arn y Magnus (hijo de Arn y Cecilia) vuelven al poblado donde Arn fallece. Tras esto años después el publo que fundó Arn será el nuvo reino de Suecia.





El nombre de la rosa


- Personajes: Guillermo de Baskerville , Adso de Melk, Jorge de Burgos, Ubertino da Casale, Michele de Cesena, Bernardo Gui, Bertrando del Poggetto

- Argumento: En un invierno del año 1327 un monje franciscano llamado Guillermo de Baskerville y su discípulo Adso de Melk llegan a una abadía en los alpes italianos. Esta es conocida debido a su grandísima biblioteca. Mientras que Guillermo organiza una reunión con el enviado del Papa de Avignon y con los máximos representantes de la orden franciscana, ocurren una serie de asesinatos los cuales investiga Guillermo y Adso. Al haber tantas muertes a la abadía benedictina llega el Inquisidor para espantar a los malos espíritus con tanta fortuna que descubre que Remigio da Voragine y Salvatore en una época anterior fueron dulcinistas, es decir, eran herejes que mataban a los Obispos y a los Papas para dar sus riquezas a los pobres. Salvatore es pillado junto con una joven campesina cuando estaban haciendo brujería.Estos son condenados a la muerte en la hoguera. Guillermo y Adso se adentran en la biblioteca y descubren que Jorge de Burgos guarda el el segundo libro de la Poética de Aristóteles el cual está envalsamado con un veneno que al pasar las hojas del papiro te deja una marca negra en el dedo y en la lengua. Tras un breve forcejeo Jorge tira un candelabro a los libros y estos se prenden. Al estar este ciego se le prende la túnica que llevaba y va prendiendo fuego a todo. Adso consigue salir e intenta matar al inquisidor pero no lo consigue; los que si quelo consiguen son los campesinos que al quedarse el carruaje del inquisidor con una rueda colgando deciden empujarlo para que caiga por el barranco. Cuando Adso va a buscar a Guillermo a la biblioteca este aparece junto con las ratas. Al final Guillermo y Adso se separan y Adso no vuelve a saber nada más de Guillermo.

- Opinión personal: Esta película me ha gustado ya que se ve claramente como se vivía en la Edad Media allá por el Siglo XIV.

lunes, 22 de febrero de 2010

La ley de la calle


- Resumen:
Rusty James era un niño de catorce años que vivía en un barrio conflicto en el que siempre reinaban los problemas sociales.
Rusty vivía en su casa con su padre ya que su madre les abandonó a él, a su padre y a su hermano; conocido por todos los chavales como ``El Chico de la moto´´. Rusty tiene un amigo llamado Steve con el que comparte muchos ratos de su vida. Un día en medio de una pelea Rusty recibe una puñalada; este decide no ir al médico ya que cree que no será para tanto. Una noche se va de juerga con sus amigos y llega a casa a las 5 de la madrugada; al día siguiente llega tarde al colegio y el director decide expulsarlo de ese centro y mandarlo al centro de Cleveland en el que se encuentra su máximo rival y del que recibió una puñalada. Tras esto decide irse de fiesta con el chico de la moto y con Steve, primero van al cine a ver una película, tras esto entran en una casa en la que hay una fiesta y empiezan a beber. Al rato comprueban que el chico de la moto ya no está en la casa y deciden ir a buscarle. En uno de los muchos callejones por los que se meten recibe un golpe en la cabeza propinado por un hombre que lleva una llave inglesa. Tras esto el chico de la moto se pelea con los dos hombres y lleva a Rusty a su casa. Al día siguiente viendo lo mucho que le duele decide ir al médico; este le recomienda ir al hospital pero Rusty se escapa. al final detienen a Rusty y al Chico de la moto. Esta historia la narrar Rusty James y Steve un día después de muchos años que se encuentran en la playa.

- Personajes: Rusty James, Steve, Chico de la moto, Padre de Steve, Ahumado...
- Valoración personal: Este libro no me ha gustado nada ya que habla todo el rato de lo mismo; que si las peleas, el alcohol....

viernes, 19 de febrero de 2010

Descendencia de Fernando I de Castilla

Contrajo matrimonio con Sancha de León, hija de Alfonso V de León y hermana de Bermudo III de León. De esta unión nacieron:

Infanta Urraca de Zamora (c. 1033–1101), señora de Zamora. Fue sepultada en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León.
Infante Sancho (1038–1072), rey de Castilla como Sancho I, y de León como Sancho II (1065–1072). Fue sepultado en el Monasterio de San Salvador de Oña.
Infanta Elvira: (¿?–1101), señora de Toro. Fue sepultada en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León.
Infante Alfonso: (1040–1109), rey de León (1065–1072) y de León, Castilla y Galicia (1072–1109), como Alfonso VI. Sus restos mortales descansan, en compañía de la mayoría de sus esposas, en el Monasterio de Benedictinas de Sahagún.
Infante García (1042–1090), rey de Galicia (1066–1071 y 1072–1073). Fue sepultada en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León.

Vellido Dolfos

Vellido Adolfo o Bellido Dolfos

(s. XI) Noble leonés. Según las crónicas y cantares de aquel tiempo, sobre todo el Cantar de Sancho II de Castilla, este personaje legendario, amante de Urraca Fernández, hija de Fernando I, salió de la ciudad de Zamora -sitiada por Sancho II y defendida por Urraca-, y fingiendo pasarse a las filas del rey castellano lo asesinó a traición (1072). Perseguido por el Cid, no pudo entrar en Zamora porque sus habitantes le habían cerrado las puertas, pero logró huir.

ROMANCE XV DEL CABALLERO LEAL ZAMORANO Y DE VELLIDO DOLFOS, QUE SE SALIÓ DE ZAMORA PARA CON FALSEDAD HACERSE VASALLO DEL REY DON SANCHO

Sobre el muro de Zamora;
vide un caballero erguido;
al real de los castellanos
da con grande grito:
—¡Guarte, guarte, rey don Sancho,
no digas que no te aviso,
que del cerco de Zamora
un traidor había salido;
Vellido Dolfos se llama,
hijo de Dolfos Vellido,
si gran traidor fue su padre,
mayor traidor es el hijo;
cuatro traiciones ha hecho,
y con ésta serán cinco!
Si te engaña, rey don Sancho,
no digas que no te aviso.
Gritos dan en el real:
A don Sancho han mal herido!
¡Muerto le ha Vellido Dolfos;
gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto,
metióse por un postigo,
por las calle de Zamora
va dando voces y gritos:
—¡Tiempo era, doña Urraca,
de cumplir lo prometido!

martes, 16 de febrero de 2010

El Cid Campeador

Rodrigo Díaz, Vivar del Cid, Burgos, (1041-1054– Valencia, 1099) fue un caballero castellano que llegó a dominar al frente de su propia mesnada el Levante de la Península Ibérica a finales del siglo XI de forma autónoma respecto de la autoridad de rey alguno. Consiguió conquistar Valencia y estableció en esta ciudad un señorío independiente desde el 15 de junio de 1094 hasta su muerte.

Se trata de una figura histórica y legendaria de la Reconquista, cuya vida inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura española, el Cantar de mio Cid. Ha pasado a la posteridad como El Campeador o El Cid (del árabe dialectal سيد sīdi, 'señor'). Por el apelativo «Campeador» fue conocido en vida, pues se atestigua en documentos desde 1098; el sobrenombre de «Cid», aunque se conjetura que pudieron usarlo sus coetáneos zaragozanos o valencianos, aparece por vez primera en el Poema de Almería, compuesto entre 1147 y 1149.

Fue investido caballero, con toda probabilidad por Sancho II, a mediados de la década de 1060; según Martínez Diez en 1066 o 1067, antes de la Guerra de los tres Sanchos. Desde el acceso al trono de Castilla de Sancho II los últimos días del año 1065 hasta la muerte de Sancho en 1072, el Cid gozó del favor del rey, como magnate de su séquito, en calidad de armiger regis, cuya función en el siglo XI era similar a la de un escudero, y sus atribuciones no eran todavía las del alférez real descrito en Las Partidas en el siglo XIII. El cargo de alférez a lo largo del siglo XII iría asumiendo la responsabilidad de portar la enseña real a caballo y ser jefe de la mesnada del rey. Durante el reinado de Sancho II de Castilla, esta alferecía del armiger era encomendada a caballeros jóvenes que se iniciaban en las funciones palatinas. Acompañó a Sancho en la guerra que este sostuvo contra su hermano Alfonso VI, rey de León, y con su hermano García, rey de Galicia. Los tres hermanos se disputaban la primacía sobre el reino dividido tras la muerte del padre y luchaban por reunificarlo. Rodrigo comenzó a desempeñar un papel notable como caballero guerrero, sobre todo en las victorias castellanas de Llantada (1068) y Golpejera (1072). Tras esta última, Alfonso VI fue capturado y Sancho se adueñó de León y, a continuación, de Galicia, convirtiéndose en Sancho II de León. Es en estas batallas cuando, probablemente, ganara el sobrenombre de «campeador», es decir, batallador en lides campales.

Parte de la nobleza leonesa se sublevó y se hizo fuerte en Zamora, bajo el amparo de la infanta doña Urraca, hermana de los anteriores. Sancho II, con la ayuda de Rodrigo Díaz, sitió la ciudad, pero murió asesinado —según cuenta una extendida tradición— por el noble zamorano Bellido Dolfos, si bien la Historia Roderici no recoge que la muerte fuera por traición. El episodio del Cerco de Zamora es uno de los pasajes que más recreaciones ha sufrido por parte de cantares de gesta, crónicas y romances, por lo que la información histórica acerca de este episodio es muy difícil de separar de la legendaria.

Caballero de confianza de Alfonso VI
Alfonso VI recuperó el trono de León y sucedió a su hermano en el de Castilla, anexionándolo junto a Galicia y volviendo a conseguir la unión del reino legionense que había desgajado su padre Fernando a su muerte. El conocido episodio de la Jura de Santa Gadea es una invención, según Martínez Diez «carente de cualquier base histórica o documental». La primera aparición de este pasaje literario data de 1236.

Las relaciones entre Alfonso y Rodrigo Díaz fueron en esta época excelentes; aunque con el nuevo rey no desempeñó la función de armiger regis y fue sustituido por el conde de Nájera García Ordóñez, lo nombró juez o procurador en varios pleitos y le proporcionó un honroso matrimonio con Jimena Díaz (julio de 1074), noble asturiana bisnieta de Alfonso V de León, con quien tuvo tres hijos: Diego, María (casada en segundas nupcias con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III) y Cristina (casada en también por segunda vez con el infante Ramiro Sánchez de Pamplona). Este enlace con la alta nobleza leonesa confirma que entre Rodrigo y el rey Alfonso hubo en este periodo buena sintonía.

Muestra de la confianza que depositaba Alfonso VI en Rodrigo es que en 1079 el Campeador fue comisionado por el rey para cobrar las parias al rey Almutamid de Sevilla. Pero durante el desempeño de esta misión, el importante noble castellano García Ordóñez formaba parte del ejército que el rey Abdalá de Granada envió contra el rey de Sevilla, que gozaba de la protección de Alfonso VI, precisamente a cambio de las parias que el Cid estaba cobrando. Lógicamente, el Campeador ayudó con su contingente a defenderse al rey sevillano, que interceptó y venció a Abdalá en la batalla de Cabra, en la que García Ordóñez fue hecho prisionero. La recreación literaria ha querido ver en este episodio una de las causas de la enemistad de Alfonso VI, instigado por la nobleza afín a García Ordoñez, hacia Rodrigo, pero lo cierto es que la protección brindada al rico rey de Sevilla, que enriquecía con sus impuestos a Alfonso VI, solo beneficiaba los intereses del rey de León.

Los desencuentros con Alfonso fueron causados por un exceso (aunque no era raro en la época) de Díaz de Vivar tras repeler una incursión de tropas andalusíes en Soria en 1080, que le llevó, en su persecución, a adentrarse en el reino de Taifa toledano y saquear su zona oriental, que estaba bajo el amparo del rey Alfonso VI.
Primer destierro: al servicio de la Taifa de Zaragoza
Sin descartar del todo la posible influencia de cortesanos opuestos a Rodrigo Díaz en la decisión, una incursión del castellano contra el territorio de Al-Qádir, el régulo títere de Toledo protegido de Alfonso, ocasionó que le fuera aplicada la figura jurídica de la «ira regia», que conllevaba el destierro y la ruptura de la relación de vasallaje.

A finales de 1080 o principios de 1081, Díaz de Vivar tuvo que marchar en busca de magnate al que prestar su experiencia militar. Es muy posible que inicialmente buscara el amparo de los hermanos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, condes de Barcelona, pero rechazaron su patrocinio. El Campeador, entonces, ofreció sus servicios a reyes de taifas, lo que no era infrecuente, pues el propio Alfonso VI había sido acogido por Al-Mamún de Toledo en 1072 durante su ostracismo.

Junto con sus vasallos o «mesnada» se estableció desde 1081 hasta 1085 como guerrero al amparo del rey de Zaragoza, Al-Muqtadir, que ese mismo año enfermó gravemente y fue sucedido por Al-Mutamán. Este encomendó al Cid en 1082 una ofensiva contra su hermano el gobernador de Lérida Mundir, el cual, aliado con el conde Berenguer Ramón II de Barcelona y el rey de Aragón Sancho Ramírez, no acató el poder de Zaragoza a la muerte del padre de ambos Al-Muqtadir, desatándose las hostilidades fratricidas entre los dos reyes hudíes del Valle del Ebro.

La mesnada del Cid reforzó las plazas fuertes de Monzón y Tamarite y derrotó a la coalición, ya con el apoyo del grueso del ejército taifal de Zaragoza, en la batalla de Almenar, donde fue hecho prisionero el conde Ramón Berenguer II. Pudo originar el apoteósico recibimiento de los musulmanes de Zaragoza al Cid al grito de «sīdī» ('mi señor' en árabe andalusí, a su vez proveniente del árabe clásico sayyid) el apelativo romanceado de «mio Çid».

En 1084 el Cid desempeñaba una misión en el sureste de la taifa zaragozana, atacando Morella. Al-Mundir, señor de Lérida, Tortosa y Denia, vio en peligro sus tierras y recurrió de nuevo a Sancho Ramírez, que le atacó el 14 de agosto de 1084 en la batalla de Olocau del Rey. De nuevo el castellano se alzó con la victoria, reteniendo a dieciséis nobles aragoneses, que al fin liberó tras cobrar su rescate.

Reconciliación con el rey
El 25 de mayo de 1085 Alfonso VI conquista la taifa de Toledo y en 1086 inicia el asedio a Zaragoza, ya con Al-Musta'in II en el trono de esta taifa, quien también tuvo a Rodrigo a su servicio. Pero a comienzos de agosto de ese año un ejército almorávide avanzó hacia el interior del reino de León, adonde Alfonso se vio obligado a interceptarlo, con resultado de derrota cristiana en la batalla de Sagrajas. Es posible que durante el cerco a Zaragoza Alfonso se reconciliara con El Cid. En cualquier caso, tras la derrota del rey Alfonso es patente que Rodrigo había sido rehabilitado, puesto que al de Vivar se le encargó la defensa de la zona levantina y se le concedieron varios dominios en tenencia en Castilla: Dueñas, San Esteban de Gormaz, Langa de Duero y Briviesca. La llegada de los almorávides, que observaban más estrictamente el cumplimiento de la ley islámica, hacía difícil para el rey taifa de Zaragoza mantener a un jefe del ejército y mesnada castellanos. Por otro lado, Alfonso VI pudo condonar la pena a Rodrigo ante la necesidad que tenía de valiosos caudillos con que enfrentar el nuevo poder de origen norteafricano.

Rodrigo acompaña a la corte del rey de León y Castilla en la primera mitad de 1087, y en verano se dirigió hacia Zaragoza, donde se reunió de nuevo con Al-Musta'in II y, juntos, tomaron la ruta de Valencia para socorrer al rey-títere Al-Qadir del acoso de Al-Mundir (rey de Lérida entre 1082 y 1090), que se había aliado con Berenguer Ramón II de Barcelona para conquistar la rica taifa valenciana, en esta época un protectorado de Alfonso VI. El Cid logró repeler la incursión de Al-Mundir de Lérida, pero poco después, el rey de la taifa leridana tomaba la importante plaza fortificada de Murviedro (actual Sagunto), acosando otra vez peligrosamente a Valencia. Ante esta difícil situación, Rodrigo Díaz marchó a Castilla al encuentro de su rey para solicitar refuerzos y planear la estrategia defensiva en un futuro. Fruto de estos planes y acciones sería la posterior intervención cidiana en el Levante, que traería como resultado una sucesión encadenada de acciones bélicas que le llevarían a acabar por rendir la capital del Turia. Reforzada la mesnada del Cid, se encaminó a Murviedro con el fin de expugnar al rey hudí de Lérida.

Segundo destierro: su intervención en Levante
Al llegar el Cid a Murviedro, Valencia estaba siendo sitiada por Berenguer Ramón II. Rodrigo, ante la fortaleza de esta alianza, procuró un acuerdo con Al-Mundir de Lérida y pactó con el conde de Barcelona el levantamiento del asedio, que este hizo efectivo. Posteriormente, El Cid comenzó a cobrar las parias que anteriormente Valencia pagaba a Barcelona o al rey Alfonso VI, posiblemente de acuerdo con el rey castellano-leonés.

Sin embargo, en 1088, se produciría un nuevo desencuentro entre el caudillo castellano y su rey. Alfonso VI había conquistado Aledo (provincia de Murcia), desde donde ponía en peligro las taifas de Murcia, Granada y Sevilla, con continuas algaradas de saqueo. Entonces las taifas andalusíes solicitaron de nuevo la intervención del emperador almorávide, Yusuf ibn Tashufin, que sitió Aledo el verano de 1088. Alfonso acudió al rescate de la fortaleza y ordenó a Rodrigo que marchara a su encuentro para sumar sus fuerzas, pero el Campeador, que se dirigió hacia Murcia, no acabó por reunirse con su rey, sin que se pueda discernir si la causa fue un problema logístico o la decisión del Cid de evitar el encuentro. En todo caso, Alfonso VI volvió a castigar al Cid con un nuevo destierro acusándole de traición.

En 1089 el Cid recala en Calamocha. A partir de este momento, planteó su intervención en Levante como una actividad personal y no como una misión por cuenta del rey. En 1090 saqueó la taifa de Denia y después se acercó a Murviedro, hostigando a Al-Qádir de Valencia, que pasó a pagarle tributos. El rey de Lérida, por su parte, nuevamente pidió ayuda frente al Cid al conde de Barcelona, Berenguer Ramón II, al que el castellano derrotó en Tévar en 1090, posiblemente un bosque situado en el actual puerto de Torre Miró, al norte de Morella. Berenguer Ramón II, tras este suceso, se comprometió a abandonar sus intereses en el Levante. Como consecuencia de estas victorias, el Cid se convirtió en la figura más poderosa del oriente de la Península.

En 1092 reconstruyó como base de operaciones la fortaleza de Peña Cadiella (actualmente La Carbonera, sierra de Benicadell), pero Alfonso VI sentía haber perdido su influencia en Valencia, rodeada por el protectorado establecido por el Cid. Para recuperar esa iniciativa se alió con Sancho Ramírez de Aragón, Berenguer Ramón II y consiguió el apoyo naval de Pisa y Génova. El rey de Aragón, el conde de Barcelona y la flota pisana y genovesa atacaron la Taifa de Tortosa, que había sido sometida por el Cid al pago de parias y, en verano de 1092, la coalición hostigó Valencia. Alfonso VI, por su parte, acudió más tarde por tierra a Valencia para acaudillar la alianza múltiple contra el Cid. Sin embargo, la ofensiva fue rechazada por el Campeador y Alfonso VI hubo de abandonar las tierras valencianas.

Rodrigo, que estaba en Zaragoza (la única taifa que no le tributaba parias) recabando el apoyo de Al-Musta'in II, tomó represalias contra el territorio castellano mediante una enérgica campaña de saqueo en La Rioja. Tras estos acontecimientos, ninguna fuerza cristiana se pudo oponer al Cid, y solo el potente Imperio almorávide, entonces en la cima de su poderío militar, podía hacerle frente.

La amenaza almorávide fue la causa que definitivamente llevó al Cid a dar un paso más en sus ambiciones en Levante y, superando la idea de crear un protectorado sobre las distintas fortalezas de la región, sostenido con el cobro de las parias de las taifas vecinas (Tortosa, Alpuente, Albarracín, y otras ciudades fortificadas levantinas) decidió conquistar la ciudad de Valencia para establecer un señorío hereditario, estatus extraordinario para un señor de la guerra independiente en cuanto que no estaba sometido a ningún rey cristiano.

Conquista de Valencia
Tras el verano de 1092, con el Cid aún en Zaragoza, el cadí Ben Yahhaf (partidario de la facción almorávide) se hizo con el poder en Valencia, y Al-Qadir fue asesinado. Al conocer la noticia, el Campeador regresó a Valencia en noviembre y sitió la fortaleza de Cebolla, actualmente en el término municipal de El Puig, a catorce kilómetros de la capital levantina, rindiéndola mediado el año 1093 con la decidida intención de que le sirviera de base de operaciones para un definitivo asalto a Valencia.

Ese verano comenzó a cercar la ciudad. Valencia, en situación de peligro extremo, solicitó un ejército de socorro almorávide, que fue enviado al mando de Al-Latmuní y avanzó desde el sur de la capital del Turia hasta Almusafes, a veintitrés kilómetros de Valencia, para seguidamente volver a retirarse. Ya no recibirían los valencianos más auxilio y la ciudad empezó a sufrir las consecuencias del desabastecimiento. El estrecho cerco se prolongaría por casi un año entero, tras el cual Valencia se vio obligada a capitular el 15 de junio de 1094.

El Cid tomó posesión de la ciudad titulándose como «príncipe Rodrigo» y quizá de este periodo date el tratamiento de sidi (señor en dialecto hispanoárabe), que derivaría en «Cid». Con el fin de asegurarse las rutas del norte del nuevo señorío, Rodrigo consiguió aliarse con el nuevo rey de Aragón Pedro I, que había sido entronizado poco antes de la caída de Valencia durante el sitio de Huesca, y tomó el Castillo de Serra y Olocau en 1095.

De todos modos, la presión almorávide no cejó y en otoño de 1094 otro ejército al mando de Abu Abdalá llegó hasta Cuart de Poblet, a cinco kilómetros de la capital, donde fue interceptado y derrotado por el Cid. En 1097 una nueva incursión almorávide al mando de Muhammad ibn Tasufin intentó recuperar Valencia para el islam, pero cerca de Gandía fue derrotado por el Campeador en la batalla de Bairén con la colaboración del ejército de Pedro I de Aragón.

Ese mismo año, Rodrigo envió a su único hijo varón, Diego Rodríguez, a luchar junto a Alfonso VI contra los almorávides; las tropas de Alfonso VI fueron derrotadas y Diego perdió la vida en la Batalla de Consuegra. A fines de 1097 tomó Almenara, cerrando así las rutas del norte de Valencia y en 1098 conquistó definitivamente la imponente ciudad fortificada de Sagunto, con lo que consolidaba su dominio sobre la que había sido anteriormente taifa de Balansiya.

Establecido ya en Valencia, se alió también con Ramón Berenguer III con el propósito de frenar conjuntamente el empuje almorávide. Las alianzas militares se reforzaron con matrimonios. Hacia 1099 casó a sus hijas con altos dignatarios: Cristina con el infante Ramiro Sánchez de Pamplona y María con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III. Tales vínculos confirmaron la veracidad histórica de los versos 3.724 y 3.725 del Cantar de mio Cid «hoy los reyes de España sus parientes son,/ a todos alcanza honra por el que en buen hora nació». En efecto García Ramírez el Restaurador fue nieto del Cid y rey de Pamplona; asimismo, Alfonso VIII de Castilla era tataranieto del Campeador.

Fallecimiento

Fachada principal del Monasterio de San Pedro de Cardeña.Su muerte se produjo en Valencia entre mayo y julio de 1099, según Martínez Diez, el 10 de julio. Su esposa Jimena, convertida en señora de Valencia, consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III durante un tiempo, pero en mayo de 1102, ante la imposibilidad de defender el principado, la familia y gente del Cid abandonaron Valencia con la ayuda de Alfonso VI. Los restos mortales de Rodrigo Díaz el Campeador fueron inhumados en el monasterio trapense burgalés de San Pedro de Cardeña. Durante la Guerra de la Independencia los soldados franceses profanaron su tumba. Los restos fueron recuperados y, en 1842, trasladados a la capilla de la Casa Consistorial de Burgos. Desde 1921 reposan junto con los de su esposa Doña Jimena en un emplazamiento privilegiado de la Catedral de Burgos.





El Cantar del Mio Cid

Se desconoce el título original, aunque probablemente se llamaría gesta o cantar, términos con los que el autor describe su obra en los versos 1.085 y 2.276, respectivamente.

El Cantar de mio Cid es el único cantar épico de la literatura española conservado casi completo. Se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes. Además del Cantar de mio Cid, los cuatro textos de su género que han perdurado son: las Mocedades de Rodrigo —circa 1360—, con 1700 versos; el Cantar de Roncesvalles —ca. 1270—, un fragmento de unos 100 versos; y una corta inscripción de un templo románico, conocida como Epitafio épico del Cid —¿ca. 1400?—.

El poema consta de 3.735 versos de extensión variable (anisosilábicos), aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas. Los versos del Cantar de mio Cid están divididos en dos hemistiquios separados por cesura. La longitud de cada hemistiquio es de 4 a 13 sílabas, y se considera unidad mínima de la prosodia del Cantar. No hay división en estrofas, y los versos se agrupan en tiradas, es decir, series de versos con una misma rima asonante.

Cantar del Mio Cid:
Primer cantar. Cantar del destierro (vv. 1–1.084):
El Cid ha sido desterrado de Castilla. Debe abandonar a su esposa e hijas, e inicia una campaña militar acompañado de sus fieles en tierras no cristianas, enviando un presente al rey tras cada victoria para conseguir el favor real.

Segundo cantar. Cantar de las bodas (vv. 1.085–2.277):
El Cid se dirige a Valencia, en poder de los moros, y logra conquistar la ciudad. Envía a su amigo y mano derecha Álvar Fáñez a la corte de Castilla con nuevos regalos para el rey, pidiéndole que se le permita reunirse con su familia en Valencia. El rey accede a esta petición, e incluso le perdona y levanta el castigo que pesaba sobre el Campeador y sus hombres. La fortuna del Cid hace que los infantes de Carrión pidan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol. El rey pide al Campeador que acceda al matrimonio y él lo hace aunque no confía en ellos. Las bodas se celebran solemnemente.

Tercer cantar. Cantar de la afrenta de Corpes (vv. 2.278–3.730):
Los infantes de Carrión muestran pronto su cobardía, primero ante un león que se escapa y del que huyen despavoridos, después en la lucha contra los árabes. Sintiéndose humillados, los infantes deciden vengarse. Para ello emprenden un viaje hacia Carrión con sus esposas y, al llegar al robledo de Corpes, las azotan y las abandonan dejándolas desfallecidas. El Cid ha sido deshonrado y pide justicia al rey. El juicio culmina con el «riepto» o duelo en el que los representantes de la causa del Cid vencen a los infantes. Éstos quedan deshonrados y se anulan sus bodas. El poema termina con el proyecto de boda entre las hijas del Cid y los infantes de Navarra y Aragón.

lunes, 15 de febrero de 2010

Nanas de la cebolla Miguel Hernández


La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.


Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.


Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.


Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.


Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.


Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.


Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.


Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.



Monumentos en Castilla y León


Monumentos en el País Vasco


viernes, 12 de febrero de 2010

NANAS DE LA CEBOLLA; Miguel Hernández

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Miguel Hernández, 1939

martes, 2 de febrero de 2010

Parques Naturales de España

Aigüestortes i Estany de Sant Maurici







Archipiélago de Cabrera













Cabañeros





















Caldera de Taburiente
















Doñana
















Garajonay














Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia













Monfragüe












Ordesa y Monte Perdido














Picos de Europa












Sierra Nevada



















Tablas de Daimiel














Teide













Timanfaya

martes, 26 de enero de 2010

Los viajes de Gulliver

Los viajes de Gulliver (en inglés Gulliver's Travels) es una novela satírica de Jonathan Swift publicada en 1726. Presentándose como el "Capitán Lemuel Gulliver, primero cirujano y después capitán de varios barcos", pretendió divulgar sus viajes en los que se encuentra con una serie de culturas extrañas. La novela es una de las obras más famosas de la literatura inglesa, y aunque por los elementos fantásticos que contiene a veces se incluye dentro de la literatura infantil, en realidad constituye una de las crítica más amargas a la condición humana jamás escritas.

lunes, 25 de enero de 2010

Novelas

Caballería: El Quijote.
Picaresca: El Lazarillo de Tormes.
Aventuras: La vuelta al mundo en ochenta días, 20.000 leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la Tierra.
Misterio: El código Da Vinci.
Policiaca: Hoy no vayas a trabajar, Diez negritos.
Histórica: El evangelio de Judas.

miércoles, 20 de enero de 2010

Relato de las aventuras de Inés Saldaña y de cómo ayudó a Colón a descubrir América

Vicente García Oliva
Pearson Educación
208 páginas
Idioma: Español
ISBN: 8420552038 ISBN-13: 9788420552033
1 edición (06/2006)
- Resumen:
Inés es una niña que nace en el seno de una familia de humilde de alfareros; tiene tres hermanos más. Un día al estar ya cansada de las agresiones que sufría por su hermano decide poner punto y final a estas y se marcha. Una vez lejos de su casa se encuentra con un hombre llamado Teódulo de Villarroel; este es un ensalmador. Tras recorrer varios pueblos con él e intentar aprender algo Inés bueno mejor dicho Rodrigo de Triana ya que se cambia el nombre al querer volverse hombre para que no le pase nada; decide marchar y aprender por su cuenta. Un día llega a una posada; esta ve una agresion a un hombre y lo cura en la posada. El dueño de esta llamado pedro Albarrán la da cobijo y la ofrece trabajo que ella acepta. Más tarde llega a la posada Don Cristobal Colón y don Diego Alcaraz; estos intentan ser agredidos pero Rodrigo les salva. Rodrigo abandona la posada un buen día y pone rumbo hacia Sanlúcar de Barrameda. Allí pide alojo en un bar; encuentra alojo en el bar de don Seisdedos. Pasan unos días y se enrola en la expedición de Colón hacia América; una vez en el barco Diego Alcaráz descubre que Rodrigo no es quien dice ser sino que es una mujer llamada Inés Saldaña. Inés anuncia el descubrimiento de américa pero Colón no quiere pagarle lo pactado y tanto Diego como Inés y vuelven a España. Una vez aquí ambos se casan y visitan a la familia de Inés y de Diego.
- Opinón personal: Este libro me ha gustado ya que comparte tanto aventuras como historia.