lunes, 31 de mayo de 2010

Estatua de Felipe IV (Plaza de Oriente)















Estando Felipe IV deseoso de tener una estatua ecuestre como la de su padre Felipe III, decidió escribir a la duquesa de Toscana, Cristina de Lorena, para que fuera el mismo escultor, Pedro Tacca, el encargado de realizarla.

Felipe IV quiso que el caballo de su estatua marchara al galope, a diferencia de la de su padre que iba al paso. Como modelo, se enviaron a Florencia dos retratos del monarca pintados por Diego Velázquez (uno de medio cuerpo y otro cabalgando). En un principio, Tacca no supo realizar el atrevido escorzo que quería el rey, hasta que, según dice la tradición, Galileo Galilei aconsejó que se hiciera en dos partes; la trasera maciza y la de delante hueca, consiguiendo de esta manera que el conjunto mantuviera el equilibrio.

La estatua fue concluida en 1640, y al año siguiente entraba en Madrid siendo colocada en uno de los patios del Palacio del Buen Retiro. No obstante, la estatua ha tenido varios emplazamientos; fue trasladada al frontispicio del antiguo Alcázar, en donde estuvo hasta que durante el gobierno de Don Juan José de Austria, hijo de Felipe IV, se volvió a situar en el Retiro.

Allí estuvo hasta que el 17 de noviembre de 1843, Isabel II la mandó colocar en su emplazamiento actual, en el centro de la Plaza de Oriente. Se levantó sobre un alto pedestal decorado con dos bajorrelieves en los laterales, uno que representa a Felipe IV condecorando a Velázquez con la Cruz de Santiago, y otro que es una alegoría sobre la protección que el monarca dispensó a las artes y a las letras. En los frentes del monumento se situaron dos fuentes en forma de concha, sobre las que una alegoría de un río (representada por un anciano) vierte agua en una urna. Un león de bronce en cada una de las esquinas completan todo el conjunto que realizaron los escultores de cámara Francisco Elías y José Tomás

miércoles, 19 de mayo de 2010

Relatos escalofriantes de Roald Dahl

- Resumen:
Este libro consta de una pequeña colección de escalofriantes relatos en los que se puede observar como uno se puede deshacer del arma de un crimen sin levantar sospechas, dónde guardar un diamante para que no lo encuentre la gente, que hacer si el tatuaje que llevas en la espalda cuesta 1 millón de dólares...

Este libro está compuesto por once pequeños cuentos cuyos nombres son:
- Tatuaje:
- Cordero asado:
- La máquina del sonido:
- Un cuento africano:

- Galloping Foxley:

- El deseo:
- El cirujano:
- Apuestas:
- El campeón del mundo:
- Cuidado con el perro:

Este tipo de libros no me gustan debido a que a mí los libros que me gustan son los de aventura; aunque si que me han gustado algunos cuentos como el de la mujer que asesina al marido y el del piloto que pierde la pierna.